jueves, 23 de octubre de 2008

El rugby intenta una incursión en Cisjordania

Sobre el nuevo césped sintético del estadio Al-Khader, Nicolas, el entrenador del nuevo equipo de rugby de los 'Beit Jala Lions' se desgañita, silbato en boca, en una mezcla de árabe e inglés: "Yalla! Let's go!", dando órdenes a sus pupilos.
En los territorios palestinos, donde el fútbol es el rey, el espectáculo de un entrenamiento de rugby parece irreal. La mayoría de los jugadores y el entrenador son originarios de Beit Jala, una ciudad mayoritariamente cristiana que linda con Belén.
Los 'Beit Jala Lions', que se presentan como el "primer club de rugby de Palestina", vieron la luz en octubre de 2007 bajo el impulso de un antropólogo húngaro llegado al sur de Cisjordania para realizar una investigación.
En sus maletas, Martin Bisztrai, ex jugador del equipo nacional húngaro de rugby, llevaba también un balón.
"Martin llevaba un balón extraño con él, oval, que nunca habíamos visto en Palestina", cuenta Nicolas Fouad Stefan, el joven entrenador de 20 años. "Empezamos a jugar en la calle, a hacer pases para divertirnos. Nos enganchamos rápidamente", prosigue.
En el estadio, cerca del muro de separación israelí que recorre Cisjordania, los jugadores entrenan un sistema de ataque. Los pases son imprecisos, pero las ganas están presentes.
"Todavía no somos profesionales, pero se nos da bien", dice Apo Sahagian, de 18 años, originario de Armenia. George Maria atrapa un balón con varias banderas impresas. "Un día, la bandera de Palestina figurará aquí", dice entusiasta.
Uno de los retos para el joven equipo es encontrar equipamiento de rugby, inexistente en los territorios palestinos. "Sólo tenemos cuatro balones", confiesa Nicolas.
Aficionados irlandeses del equipo de Munster les enviaron balones, pantalones y vídeos de entrenamiento. Las camisetas, compradas por ellos mismos, lucen el nombre de una compañía local que patrocina al equipo.
"El mayor problema es encontrar una máquina de entrenamiento para los 'scrums'. Nadie las fabrica aquí", señala Jason Pollack, un cooperante estadounidense de 26 años que se unió al equipo en junio.
A pesar de las dificultades, el interés de los jóvenes palestinos por este deporte ha crecido con los meses y algunos se han unido al equipo, como Bichara Jaanini, un joven fichaje de apenas 15 años de edad. "Sólo había visto partidos por la televisión y en Internet", dice el adolescente. "Me encanta jugar", apostilla.
El equipo está formado por una decena de jugadores. "Por ahora jugamos al rugby VII", un derivado sin contacto, explica Jason Pollack.
"Pero nuestro objetivo es crear un verdadero equipo para jugar a XV", añade. "Y poder participar en torneos en la región, y por qué no en Europa", finaliza.