martes, 11 de noviembre de 2008

Red solidaria en Chaco: Madres por un rugby seguro

Una desgracia las unió y las hizo conocer realidades que estaban cerca de ellas, pero ocultas. El click fue cuando Federico Acosta, un chico que jugaba al rugby en Chaco, durante un partido sufrió una lesión medular severa que lo dejó cuadripléjico. Luego, murió a causa de una infección. Unidas por el dolor, un grupo de madres de Resistencia creó la Red Solidaria Federico Acosta, con un doble propósito: colaborar con el mantenimiento de la sala de rehabilitación del Hospital Perrando, de la capital chaqueña, y ayudar a prevenir lesiones que puedan causar discapacidades motoras. “Empezamos siendo un grupo madres de jugadores de rugby preocupadas porque nuestros chicos siguieran practicando ese deporte, pero más seguros. Y comenzamos a trabajar juntando fondos para ayudar a la sala de rehabilitación del Hospital Perrando, porque vimos que ese servicio estaba mal mantenido y nos interesó colaborar”, cuenta Silvia Martín, mamá de tres chicos fanáticos del deporte. Aquel grupo de madres había surgido para contener a Federico y, luego, a sus familiares. Como él estaba en tratamiento para rehabilitarse en el Perrando, se enteraron de las carencias de infraestructura que sufría el hospital. Mientras reunían fondos para enviar a Federico a Cuba, el chico flaco y alto que jugaba en el Club Universitario del Nordeste (CUNE), murió. Pero ellas siguieron adelante, canalizando el dolor en acciones solidarias. “A los tres meses de aquellos comienzos nos conformamos como grupo de trabajo. Actualmente, ya conseguimos la personería jurídica”, relata Martín. “Hacemos cenas, recaudamos fondos, hacemos alianzas con otras fundaciones para generar recursos y destinarlos a la sala de rehabilitación. Por ejemplo, gracias a un concurso de la Fundación Mapfre, arreglamos el sector de internación, reparando el baño, haciendo revoques, arreglando la electricidad y pintando. Junto a otro grupo, pintamos el comedor, pusimos cortinas, televisor y dvd en la sala donde los pacientes internados comparten el día”, enumera la mujer. Ella es una de las 10 madres que forman el núcleo de la entidad. Los logros generados por la Red no terminan ahí: también consiguieron sillas de ruedas, almohadas, computadoras, útiles, vidrios, calefactores y ventiladores. Además, dan contención a las personas internadas y a sus familiares, quienes, en muchos casos, deben permanecer lejos de sus hogares por mucho tiempo. La historia de Federico las hizo toparse con la realidad de quienes deben padecer los problemas de recursos de muchos hospitales públicos. Pero, también quisieron evitar que se repitieran accidentes graves en el rugby. Si bien hay entidades como la Fundación Rugby Amistad, dedicada específicamente a esa problemática, querían hacer algo más local. Por eso, crearon las jornadas “Camino a ser Puma”, mediante las cuales, una vez por año, realizan en Resistencia actividades de capacitación para evitar lesiones serias en el rugby. Allí desarrollan charlas de nutricionistas, médicos y rugbiers. “Camino a Ser Puma nace de la necesidad de hacer algo para prevenir lesiones en rugby. Veíamos qué cosas faltaban y qué información no recibían los chicos. Muchos no sabían el reglamento, ni el espíritu de juego, ni sabían alimentarse bien,” explica Martín. En 2006 se hicieron las primeras jornadas y el público crece año a año. En la edición 2008 participaron, entre otros, el ex Puma Diego Albanese. El éxito de la movida generó interés de replicarla en otras provincias. Como pudieron comprobar en la sala de rehabilitación del Perrando, también hay otras situaciones que dejan a personas con discapacidades. Por eso, dan charlas sobre prevención de accidentes automovilísticos y alcoholismo, fenómenos muchas veces entrelazados. ¿Qué planes hay para el futuro? “Aparte de continuar con Camino a Ser Puma, queremos apoyar el taller del hospital que fabrica prótesis gratis para los pacientes. La Fundación HSBC ya donó 4500 pesos para compra de herramientas. Y queremos conseguirles más materiales a las personas que trabajan ahí”. En la Red Federico Acosta dicen que hay tres tipos de personas: la que necesita, la que puede brindar lo que esa persona necesita y una tercera, que establece el nexo entre ambas. Y que este último es el lugar de la Red. “A medida que surgen necesidades, vamos ayudando. Lo que queremos es intermediar entre quien necesita ayuda y quien puede ayudar”, cierra Martín.