martes, 7 de julio de 2009

Los clubes de la región apelan al ingenio para entrenar

Algunos están cerrados, otros prohibieron las prácticas de rugby y se entrenan en grupos reducidos. Los jugadores de Pucará, Lomas, San Albano, Monte Grande y San Marcos intentan buscar una salida original para no quedarse sin actividad física. Así, desde el fútbol 5 hasta el padel o las reuniones en plazas contribuyen para que en el marco de la pandemia los rugbiers puedan mantener su forma. “Es lo que hay, tenemos que ponerle onda y adaptarnos hasta que esto pase”, coincidieron.
Ordenanzas municipales en dos casos (Pucará y San Albano, correspondientes a Almirante Brown) y política del club en otro (Monte Grande) hacen que tres de los cinco equipos de la región no puedan entrenar en su lugar habitual. Y las otras instituciones (Lomas y San Marcos) si bien no han cerrado sus puertas tomaron medidas para combatir a la pandemia de la Gripe A que provocó que sus rutinas se vean afectadas.A todo esto se suma otro problema: el cierre en masa de los gimnasios. “No sólo no podemos ir al club sino tampoco al gym que es un lugar de encuentro habitual para cualquier jugador y donde hacemos gran parte de la puesta a punto. Lo del club es lógico, porque si la Municipalidad lo pide no se puede correr el riesgo de una clausura”, empezó Germán Villamil, de Pucará. Y siguió: “Nos organizamos en grupos pequeños para entrenar en alguna plaza con elementos que pudimos rescatar del gimnasio, como pesas y algunas vallas. Después cada uno le pone onda y trata de moverse: el fin de semana hicimos un torneo de padel con varios amigos del club. Un poco de descanso viene bien, pero ojalá que el 18 vuelva el rugby y que no tengamos que parar hasta agosto”.Mariano Castany, octavo de San Albano, comentó que los de Corimayo se están “entrenando individualmente cada uno como puede”. “No hay gimnasios abiertos ni en Lomas ni en Adrogué, lo cual complica más la preparación porque nadie tiene equipos en su casa”, señaló. Los dirigidos por Bongiovanni, Macieri y Lovera tuvieron su última práctica el martes y luego fueron informados telefónicamente para que no se presentaran a entrenar el jueves. “Hicimos algunos partidos de papi fútbol para no dejar la práctica deportiva, creemos que sirve mientras los entrenadores esperan la reunión de la URBA del domingo para saber cuándo arranca el torneo (se barajan dos fechas: el 18 del corriente y el 8 de agosto) y definir la planificación del trabajo para los días que queden. Esperamos que el juego vuelva lo antes posible y que la gripe se frene un poco”, comentó Castany. Monte Grande cerró sus puertas por decisión de sus directivos hasta el próximo jueves. “La última semana sólo entrenamos físico, no nos dejaron hacer rugby ni usar los vestuarios. Veremos cómo nos organizamos, si podemos ir a alguna plaza o lugar al aire libre para movernos un poco y no perder el ritmo que tomamos en la pretemporada”, confesó el fullback Diego Frangi. ¿Qué pasa en Lomas? “El club está abierto, cada uno puede ir a entrenarse cuando quiera pero tratamos de organizarnos en grupos chicos y no hacer nada de contacto. Tenemos que ser inteligentes y colaborar para que nadie se contagie. De la única manera que se sale de esto es con conciencia, con precaución y dándole la importancia que se merece. Si alguno está con algún síntoma debe quedarse en su casa y tratarse como corresponde”, afirmó el capitán Mariano Baud que además sugirió que “sería bueno que comience el 18 el torneo porque hacerlo en agosto sería tener mucho parate”. San Marcos atraviesa una situación similar al Tricolor que decidió entrenar de día. “Es una decisión que tomamos para evitar el frío y para que cada uno pueda ir a cambiarse a su casa. Los vestuarios están cerrados y así evitamos que se concentre mucha gente en un espacio reducido y cerrado”, explicó el centro Emanuel Cresta. El club de Esteban Echeverría además cerró su buffet y realizó hasta el momento sólo prácticas de ejercicios físicos aunque con varias bajas. “Hay muchos chicos que dejaron de venir por miedo o por prevención. Está en cada uno elegir qué hacer, pero somos pocos y si falta gente se nos complica. Han suspendido el rugby pero se jugó con 50 mil personas en la cancha la final entre Vélez y Huracán”, comentó molesto Emanuel. Y agregó más calmo: “Hay que esperar, ver qué decide la URBA y mientras tanto ingeniárselas para llegar bien al debut”. Algunos están cerrados, otros prohibieron las prácticas de rugby y se entrenan en grupos reducidos. Los jugadores de Pucará, Lomas, San Albano, Monte Grande y San Marcos intentan buscar una salida original para no quedarse sin actividad física. Así, desde el fútbol 5 hasta el padel o las reuniones en plazas contribuyen para que en el marco de la pandemia los rugbiers puedan mantener su forma. “Es lo que hay, tenemos que ponerle onda y adaptarnos hasta que esto pase”, coincidieron.
Ordenanzas municipales en dos casos (Pucará y San Albano, correspondientes a Almirante Brown) y política del club en otro (Monte Grande) hacen que tres de los cinco equipos de la región no puedan entrenar en su lugar habitual. Y las otras instituciones (Lomas y San Marcos) si bien no han cerrado sus puertas tomaron medidas para combatir a la pandemia de la Gripe A que provocó que sus rutinas se vean afectadas.A todo esto se suma otro problema: el cierre en masa de los gimnasios. “No sólo no podemos ir al club sino tampoco al gym que es un lugar de encuentro habitual para cualquier jugador y donde hacemos gran parte de la puesta a punto. Lo del club es lógico, porque si la Municipalidad lo pide no se puede correr el riesgo de una clausura”, empezó Germán Villamil, de Pucará. Y siguió: “Nos organizamos en grupos pequeños para entrenar en alguna plaza con elementos que pudimos rescatar del gimnasio, como pesas y algunas vallas. Después cada uno le pone onda y trata de moverse: el fin de semana hicimos un torneo de padel con varios amigos del club. Un poco de descanso viene bien, pero ojalá que el 18 vuelva el rugby y que no tengamos que parar hasta agosto”.Mariano Castany, octavo de San Albano, comentó que los de Corimayo se están “entrenando individualmente cada uno como puede”. “No hay gimnasios abiertos ni en Lomas ni en Adrogué, lo cual complica más la preparación porque nadie tiene equipos en su casa”, señaló. Los dirigidos por Bongiovanni, Macieri y Lovera tuvieron su última práctica el martes y luego fueron informados telefónicamente para que no se presentaran a entrenar el jueves. “Hicimos algunos partidos de papi fútbol para no dejar la práctica deportiva, creemos que sirve mientras los entrenadores esperan la reunión de la URBA del domingo para saber cuándo arranca el torneo (se barajan dos fechas: el 18 del corriente y el 8 de agosto) y definir la planificación del trabajo para los días que queden. Esperamos que el juego vuelva lo antes posible y que la gripe se frene un poco”, comentó Castany. Monte Grande cerró sus puertas por decisión de sus directivos hasta el próximo jueves. “La última semana sólo entrenamos físico, no nos dejaron hacer rugby ni usar los vestuarios. Veremos cómo nos organizamos, si podemos ir a alguna plaza o lugar al aire libre para movernos un poco y no perder el ritmo que tomamos en la pretemporada”, confesó el fullback Diego Frangi. ¿Qué pasa en Lomas? “El club está abierto, cada uno puede ir a entrenarse cuando quiera pero tratamos de organizarnos en grupos chicos y no hacer nada de contacto. Tenemos que ser inteligentes y colaborar para que nadie se contagie. De la única manera que se sale de esto es con conciencia, con precaución y dándole la importancia que se merece. Si alguno está con algún síntoma debe quedarse en su casa y tratarse como corresponde”, afirmó el capitán Mariano Baud que además sugirió que “sería bueno que comience el 18 el torneo porque hacerlo en agosto sería tener mucho parate”. San Marcos atraviesa una situación similar al Tricolor que decidió entrenar de día. “Es una decisión que tomamos para evitar el frío y para que cada uno pueda ir a cambiarse a su casa. Los vestuarios están cerrados y así evitamos que se concentre mucha gente en un espacio reducido y cerrado”, explicó el centro Emanuel Cresta. El club de Esteban Echeverría además cerró su buffet y realizó hasta el momento sólo prácticas de ejercicios físicos aunque con varias bajas. “Hay muchos chicos que dejaron de venir por miedo o por prevención. Está en cada uno elegir qué hacer, pero somos pocos y si falta gente se nos complica. Han suspendido el rugby pero se jugó con 50 mil personas en la cancha la final entre Vélez y Huracán”, comentó molesto Emanuel. Y agregó más calmo: “Hay que esperar, ver qué decide la URBA y mientras tanto ingeniárselas para llegar bien al debut”.

*INFOREGION.