lunes, 13 de julio de 2009

EL CLUB VIGO TIEN PROBLEMAS ECONOMICOS

El Vigo Rugby Club tiene problemas económicos y por eso se lo quiere contar al ex jugador de los All Black, Jonah Lomu. Para ello, los chicos necesitan 6 contactos para completar la teoría de los seis grados. Van por el tercer escalón.
Con solo seis pasos, la vida de los chicos del Vigo Rugby Club de España puede llenar un poco sus corazones e ilusiones. Es que, en marzo, comenzó la iniciativa “Mensaje en la botella a Jonah Lomu” por parte de las categorías infantiles y cadetes de la institución. La intención es contarle al ex jugador de los All Black las dificultades económicas con las que se encuentran para poder practicar el deporte. En la carta no le piden nada a Jonah Lomu, excepto el acuse de recibo.Los chicos del equipo le entregaron la botella a Joe Scully, ex jugador del Vigo Rugby Club, a finales del mes de marzo. El objetivo es que a través de un máximo de seis contactos llegue a Nueva Zelanda, donde vive Jonah Lomu. Por el momento ya se han cumplido tres: Joe Scully se la entregó a Ray Keane, ex jugador del club irlandés Malahide RFC. Ray Keane a Bruce Cook, Director de Desarrollo de la International Rugby Board (IRB) y Bruce Cook a Paddy O´Brien, encargado de los referís de la IRB.La teoría de los seis grados de separación intenta probar el dicho “el mundo es un pañuelo”. Dicho de otro modo, que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando a ambas personas con sólo seis enlaces)."El problema del club es la falta de dinero. Pero no se puede comparar con la situación de Argentina ya que la institución recibe subvenciones del ayuntamiento, la provincia y el gobierno autonómico", comentó el argentino Miguel Angel Martínez Díaz, de 38 años, quien jugó en el club en los 90 y ahora forma parte de la Junta Directiva. “No conseguimos patrocinadores y el rugby en sí no tiene toda la notoriedad que debiera, por lo que ésta es una forma de llamar la atención -a lo mejor un equipo de fútbol sala de cualquier División municipal si lo tiene-. El rugby no es un deporte muy popular en España, por eso necesitamos motivar a las categorías inferiores y difundir que hay chicos que se sacrifican para practicar este deporte”, explicó.El argentino comentó que para jugar partidos contra otros equipos deben viajar a otras ciudades ya que en Vigo hay un sólo equipo. El campo de entrenamiento está en la Ciudad Universitaria a 10 kilómetros de la ciudad. Por eso hay que trasladar a los pequeños jugadores. La distancia es uno de los principales escollos.Los chicos deben viajar entre 30 y 200 kilómetros para poder disfrutar del deporte que tanto aman. Para enfrentarse a sus pares en Pontevedra deben viajar 30 kilómetros, Lalín 90 kilómetros, Vilagarcía de Arousa 60 kilómetros, La Coruña 150 kilómetros, Orense 100 kilómetros y Lugo 200 kilómetros.“Entrenar lejos, practicar un deporte poco reconocido, reunir suficientes compañeros para formar los equipos y poder jugar los partidos son las complicaciones que se suman”, dijo Martínez Díaz.“Por lo general son chicos provienen de familias sin problemas económicos pero la estructura de club no es como en Argentina. Acá los clubes no tienen por lo general una sede social o deportiva propia, ni se paga cuota social, son más bien equipos que tienen distintas categorías, juegan y entrenan en centros deportivos municipales, universitarios o estatales", graficó el ex-rugbier argentino.

*EL DIARIO DE LA REPUBLICA